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NEPAL

– RESEÑA –

Visité Nepal en 2013. Yo no era muy de hacer retratos, me daba (y me sigue danto) mucho corte en ponerme a hacer una fotografía a alguien que no conocía. Sin embargo, este era un viaje fotográfico e íbamos con un fotógrafo, Sergi, que no se cortaba ni un pelo a la hora de fotografiar, así que yo iba detrás de él haciendo fotografías personales a diestro y siniestro.

Cuando volví a Madrid, me limité a editarlas, verlas y… nada más. En 2015 se produjo un terremoto que  dejó un saldo de casi 9.000 víctimas mortales, casi 22.000 heridos y daños materiales cuantiosos. Los dioses, aquellos dioses dotados de cuatro pares de ojos, aquellos dioses a los que los nepalíes llevaban sus ofrendas de alimentos aunque a ellos mismos les faltaran, aquellos dioses, digo, no supieron ver que el peligro no estaba en los cuatro puntos cardinales, sino debajo de la tierra y no hicieron nada para proteger a ese pueblo tan amistoso que yo había conocido y del que, como los dioses, yo también me había olvidado.

Por eso, aunque muchas de las fotos no estén bien hechas no he querido eliminarlas; no importa si están mal enfocadas, la culpa es mía, no de mis queridos amigos nepalíes, siempre sonrientes, siempre felices. Quiero conservar esos rostros amigos.

Al subirlas a esta página es como darles un abrazo a todos ellos, al querido pueblo nepalí, del que nunca más me olvidaré. Lo prometo.

diciembre 2020